Overview

En una casa de empleados del ferrocarril, junto a un cruce de vías, el guardagujas y su esposa ven pasar los días como ven pasar los trenes, desde el andén. Vida y trabajo se entrecruzan en un particular ritual de gestos y acciones sin principio ni final. Él se dedica al cuidado de las vías y el accionamiento de la aguja. Ella complementa el trabajo de su marido comprobando y embalando los pequeños objetos promocionales que les entrega la compañía. Siempre los mismos trenes, siempre a las mismas horas, una rutina repetida hasta la saciedad, en un trabajo y una vida marcada por los horarios del tren.

Los dos viven en silencio sus frustraciones y anhelos, los dos viven en silencio para no dejar de ¿amarse?.

La Compañía Ferroviaria envía un observador al que encarga un control exhaustivo del trabajo del guardagujas. Obligado a convivir con el matrimonio y recibido con hostilidad, pasará a formar parte del círculo de silencio que solo rompe el teléfono, unas veces para avisar sin palabras la llegada de un tren y otras para dar instrucciones precisas a los habitantes de la casa.

Prólogo

Con el humor y la profundidad como base del proyecto y con la ausencia de palabras como punto de partida y no como meta, se conforma el espíritu de un trabajo que indaga en la esencia de la expresión, en la concreción del gesto y la economía expresiva. El proyecto parte de la premisa de utilizar las palabras sólo en el caso de no poder expresar de otra forma una situación o un estado de ánimo, y al mismo tiempo no contentarnos con una historia banal, no contar una simple anécdota, no crear una sucesión de gags, sino crear una dramaturgia con suficientes puntos de interés y con personajes completos que expresan sus emociones, que llevan encima el peso de su pasado, que poseen anhelos, que viven realidades incómodas y que ven incierto su futuro. Queremos profundizar en los personajes y en el trabajo actoral, encontrar el proceso y su expresión forzándonos a huir de la forma hablada para encontrar el significado exacto de cada movimiento y cada objeto en el escenario.

Es una búsqueda de la esencia de la expresión teatral, esencialización que alcanza también a otros aspectos del montaje, desde la escenografía y la utilización del espacio, hasta la iluminación y el sonido. Jugar con el espacio, con el tiempo y el silencio, creando un código perfectamente inteligible para el espectador y cargado de emoción verdadera. Nuestra técnica no se basa en el mimo, la danza o la máscara, se trata de crear la situación dramática necesaria para que esta trascienda sin necesidad de lenguaje verbal. Si el verbo supone una barrera, nos proponemos superarla universalizando nuestro lenguaje.

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